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Desplazados

05/08/2025@13:09:03

En Gaza, las mujeres enfrentan una lucha mortal por obtener alimentos en medio de un contexto humanitario devastador. La ONU ha solicitado el levantamiento de las restricciones impuestas por Israel para facilitar la distribución de ayuda, mientras que los gazatíes claman por un sistema justo que garantice el acceso a suministros vitales. Historias desgarradoras emergen de este conflicto, como la de Abeer Safi, quien arriesga su vida para alimentar a sus hijos tras perder a su esposo. La situación es crítica, con reportes de muertes por hambre y desnutrición, especialmente entre niños. La caótica distribución de la ayuda y los constantes ataques hacen que conseguir comida sea una carrera peligrosa y desesperada.

Hambre en Gaza: una batalla diaria por una cuchara de lentejas. En las zonas occidentales de Gaza, miles de desplazados enfrentan una tragedia humanitaria extrema, haciendo largas colas para recibir sopa de lentejas en comedores comunitarios. La situación es desesperante, con familias que pasan horas bajo el sol abrasador sin conseguir comida. Según datos de la ONU, uno de cada cinco niños en Gaza sufre desnutrición, y los casos aumentan a diario. Los testimonios de los afectados revelan un sufrimiento inimaginable y un llamado urgente a la comunidad internacional para que actúe ante esta crisis alimentaria. La ONU advierte que Gaza está al borde de la hambruna, y se requieren acciones inmediatas para mitigar esta catástrofe humanitaria.

En Haití, la violencia de las pandillas ha provocado el desplazamiento de casi 1,3 millones de personas, un aumento del 24% desde diciembre pasado, marcando un récord histórico en el país. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha solicitado urgentemente apoyo financiero para asistir a los afectados y abordar las causas subyacentes de esta crisis. La mayoría de los desplazados carecen de acceso a servicios básicos como salud y agua potable, viviendo en condiciones precarias. La OIM ha iniciado operaciones humanitarias, pero enfatiza que se requieren soluciones sostenibles para romper el ciclo de violencia y mejorar la estabilidad en la región.

António Guterres ha enfatizado la urgencia de detener el flujo de armas en Sudán, donde la guerra ha dejado una crisis humanitaria sin precedentes tras dos años de conflicto. La violencia y las masacres de civiles han generado el mayor desplazamiento forzado en el mundo, mientras que la violencia sexual se utiliza como arma. Las agencias de la ONU alertan sobre la grave situación que enfrenta el país.

La escalada de violencia entre Israel y Hezbollá genera una “normalización silenciosa del horror” para los niños en ese país con más de 200 menores muertos y 1100 heridos, alerta la agencia de la ONU para la infancia, que llama a no permitir que se repita en ningún lado el nivel de matanza de niños visto en Gaza “aunque existen similitudes escalofriantes para los pequeños en Líbano”.

Líbano vive la mayor escalada del conflicto desde la guerra de 2006, con cerca de 1.300 muertos en 16 días, entre el 16 de septiembre y el 1 de octubre, según el Ministerio de Salud Pública libanés.

El éxodo aumentó tras la escalada de hostilidades entre el Ejército israelí y el grupo armado Hezboláh con base en el Líbano, cuyo líder de larga data, Hassan Nasrallah, murió el viernes en un ataque aéreo sobre edificios civiles. Unas 100.000 personas han llegado a la vecina Siria en los últimos días.

Las sombrías condiciones sobre el terreno alcanzaron un nivel de emergencia poco después de que las Fuerzas Armadas Sudanesas rivales y las Fuerzas de Apoyo Rápido lanzaran ataques aéreos y terrestres a mediados de abril de 2023. La situación es muy mala, pero la ONU advierte que aún no se ha tocado fondo.

El Secretario General de la ONU, António Guterres, ha instado a Camboya y Tailandia a un alto el fuego inmediato tras tres días de intensos enfrentamientos en la frontera que han dejado al menos 33 muertos y más de 168.000 desplazados. Los combates incluyen disparos, ataques con cohetes y bombardeos aéreos en territorio camboyano. Guterres condenó la pérdida de vidas y los daños a infraestructuras, y ofreció la ayuda de la ONU para facilitar una solución pacífica al conflicto. Este es el brote de violencia más grave entre ambos países en más de una década.

Las operaciones militares israelíes en Líbano han resultado en la muerte de 71 civiles desde el alto el fuego, según informes de la oficina de derechos humanos. Entre las víctimas se incluyen 14 mujeres y nueve niños. La situación sigue siendo crítica, con más de 92.000 personas desplazadas y un clima de miedo que persiste entre la población.

La actual escalada de violencia en el noroeste de Siria, vinculada al conflicto más amplio en Gaza y Líbano, ha dejado civiles muertos y heridos, hospitales «desbordados» y un aumento de los ataques al sistema de salud.

Las escenas de muerte, destrucción y horror causadas por el Ejército de Israel no se detiene en Gaza. El responsable de velar por los derechos humanos en el mundo se ha mostrado consternado por el ataque israelí cerca del Hospital Universitario Rafik Hariri de la capital libanesa, en el que murieron al menos 18 personas, entre ellas cuatro niños, y otras 60 resultaron heridas.

Los militares israelíes incursionan en el sur del territorio libanés en una operación que su gobierno anuncia como “limitada y selectiva”. António Guterres urge a evitar “una guerra total” y a respetar la soberanía de Líbano. Las agencia de socorro solicitan recursos para asistir a un millón de desplazados por los bombardeos israelíes.

La ONU comunica un bombardeo continuo y significativo por parte de las fuerzas israelíes, en el este de Rafah, a primera hora del jueves y durante toda la noche del miércoles. Debido a estos ataques, unas 80.000 personas han abandonado la ciudad desde el lunes, mientras que las reservas de suministros críticos, incluido el combustible, se agotan cada hora.

Al entrar en el tercer año de guerra, la Misión de derechos humanos en el país señala que se han verificado 30.457 víctimas civiles, de las cuales 10.582 murieron y 19.875 resultaron heridas. Más de 14 millones de personas, casi un tercio de la población de Ucrania, han huido de sus hogares, según la agencia de migraciones. Hasta la fecha, unos 4,5 millones han regresado a casa.