Entre las detenciones realizadas está la de un investigado que se encontraba en prisión, cumpliendo condena por un delito de agresión sexual. A otro de los detenidos se le imputa, además de la distribución de pornografía infantil, un delito de child grooming, mientras que a uno de los arrestados se le imputa también un delito de producción pornografía infantil por tomar imágenes explícitas de su hija menor.
Parece que el devenir de los acontecimientos nos ha hecho olvidar que seguimos inmersos en una pandemia mundial. La muerte del pequeño Jasper Cook, de solo ocho años de edad, nos ha recordado de la peor forma posible que el virus sigue ahí y que, pese a los avances, hay que seguir tomando precauciones.
Los menores han sido condenados por delitos de acoso y daños a un año de tareas socioeducativa, con contenido formativo. La sentencia pone de manifiesto la pasividad y desidia de los directivos del centro educativo ante este caso.
Confirman la orden de alejamiento a un padre investigado por suministrar a su hija de 12 años dióxido de cloro para protegerla de “agentes patógenos”. La Audiencia de Valladolid cree “correcta la apreciación que hace la juez Instructora de que la menor se halla en una situación objetiva de riesgo”.
Jonathan Lee Rossmoine, de 36 años, mantuvo un romance con una adolescente de 15, a quien conoció online. Durante más de un mes se encerró en su armario, cuando fue descubierto por los padres de la menor. Fue detenido en septiembre de 2020 en Florida y el 28 de julio de este año, fue declarado culpable y enviado a prisión.
Según un estudio publicado en The Lancet, la pandemia del coronavirus ha dejado a más de 1,5 millones de niños en el mundo sin alguno de sus padres, abuelos o tutores. Los datos se han publicado el 21 de julio, pero cubren hasta el mes de abril, por lo que se calcula que la cifra es mayor todavía. Los autores del estudio alertan de que “la orfandad no desaparece” y los niños quedan desprotegidos.
Se trata de un hombre, el cual no sólo hacía fotografías íntimas a una hija menor de su pareja sin su consentimiento, sino que también instaló un “sofware malicioso” en el ordenador de la menor. Este “malware” permitió al investigado acceder de forma ilimitada a los archivos privados de la menor, a espiar las videoconferencias que realizaba con sus amigas y a activar la webcam cuando sabía que se estaba cambiando de ropa.
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El arrestado aprovechaba la ausencia de los padres de los niños para, durante aproximadamente un año, abusar de ellos y agredirles si se negaban a realizar alguna de las prácticas. Portaba la documentación de su hermano y guardaba multitud de medidas de seguridad para no ser identificado, además, contaba con tres reclamaciones judiciales por delitos de agresión sexual, estafa y descubrimiento y revelación de secretos.
Agentes de la Policía Nacional han detenido a 37 personas que formaban un grupo criminal dedicado, presuntamente, a la explotación sexual de menores de edad. Además de prostituirlas, también las utilizaban para la venta de sustancias estupefacientes.
La menor, que se quedó embarazada y dio a luz, exculpó a su padrastro y dijo que se puso encima suya y mantuvo la relación sexual sin que el procesado, que estaba borracho, se percatara.
Han sido liberadas dos menores de edad antes de ser prostituidas y que, previamente, habían sido captadas por la organización aprovechando su situación de vulnerabilidad.
Tras los hechos acaecidos, la Asociación Ceutí de Estudiantes convoca una manifestación para este próximo este jueves a las 19.00 horas, en la Plaza de los Reyes.
Una localidad del sureste de Francia ha sido el escenario de un suceso repulsivo: la policía francesa ha encontrado en una casa en Tarascón, el cuerpo de un menor de 13 años al que le faltaba la cabeza y una mano. El terrible suceso ocurrió el domingo por la noche y la fiscalía ha informado que el asesino ha sido abatido. Se denunció la desaparición del menor, pero un vecino llamó a la policía y aseguró que había visto su cadáver en la vivienda.
La niña pernoctaba de domingo a jueves en el domicilio que su cuidadora compartía con su esposo, el condenado, de 63 años, en una localidad de la merindad de Sangüesa.
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