El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha comenzado a realizar envíos aéreos de ayuda alimentaria en Sudán del Sur, específicamente en el estado del Alto Nilo, donde el aumento del conflicto ha llevado a miles de familias al borde de la hambruna. Esta asistencia busca beneficiar a más de 40.000 personas que enfrentan niveles críticos de hambre. La situación se ha agravado desde marzo, con un millón de personas en riesgo y una necesidad urgente de reabrir rutas fluviales para facilitar la entrega continua de alimentos. El PMA necesita 274 millones de dólares para mantener sus operaciones hasta diciembre.
En 2024, al menos 1,2 millones de personas en todo el mundo se vieron desplazadas debido a la delincuencia organizada, un número que se ha duplicado en comparación con el año anterior. Según un informe de la ONU, esta actividad delictiva no solo obliga a las comunidades a abandonar sus hogares, sino que también expone a los desplazados a graves violaciones de derechos humanos, incluyendo violencia y explotación sexual. Las regiones más afectadas incluyen Centroamérica, Sudamérica y el Caribe, donde la debilidad del Estado y la pobreza facilitan la expansión de economías ilícitas. La relatora especial de la ONU sobre los derechos humanos de los desplazados internos advierte que las respuestas militarizadas de los gobiernos suelen agravar la situación, afectando más a las víctimas que a los criminales. Se insta a los Estados a abordar las causas profundas del desplazamiento y garantizar la protección de los afectados.
Gaza enfrenta una grave crisis humanitaria, donde la ayuda internacional se utiliza como herramienta para desplazar a la población forzosamente, según Christopher Lockyear, secretario general de Médicos Sin Fronteras (MSF). Esta estrategia, que parece parte de un plan más amplio de limpieza étnica, ha resultado en un caos durante la distribución de alimentos, dejando a los palestinos sin acceso a suministros básicos. La militarización de la ayuda ha sido criticada por su ineficacia y deshumanización, exacerbando la situación de vulnerabilidad entre los más necesitados. La organización advierte que esta táctica podría constituir crímenes contra la humanidad y exige un alto el fuego duradero y una apertura inmediata de las fronteras para permitir el ingreso de asistencia humanitaria.
La situación en Gaza es crítica, con un llamado a la comunidad internacional para rechazar la expulsión de palestinos y la negación de sus derechos en su propia tierra. Este tema se ha vuelto central en debates sobre justicia y derechos humanos, destacando la necesidad de soluciones pacíficas y equitativas. La defensa de los derechos palestinos se considera esencial para lograr una paz duradera en la región.
Declaraciones del portavoz de UNICEF, James Elder, en la conferencia de prensa en el Palacio de las Naciones en Ginebra esta semana.
Declaración de Adele Khodr, directora regional de UNICEF para Oriente Medio y el Norte de África, sobre el impacto en los niños de los recientes actos de violencia y atentados en Oriente Medio.
Los trabajadores de socorro de la ONU advierten contra las disposición que manda a la población civil abandonar la ciudad de Gaza y exhorta a todas las partes a respetar el derecho internacional humanitario, en todo momento. Continúan los esfuerzos para apoyar a las comunidades desplazadas en toda la Franja.
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En Sudán, la violencia sexual ha aumentado alarmantemente un 288% en un año, en medio de una crisis de desplazamiento que ha desarraigado a más de doce millones de personas. Las mujeres son las principales víctimas y enfrentan un sufrimiento inmenso debido al conflicto. La ONU apoya a organizaciones locales que trabajan con estas mujeres para combatir la violencia y promover la paz. Sin embargo, el estigma y el trauma persisten, afectando gravemente a las sobrevivientes. La situación es especialmente crítica en regiones como Darfur, donde se registran numerosos casos de secuestros y abusos sexuales. A pesar de las adversidades, las mujeres sudanesas muestran resiliencia y continúan luchando por sus derechos y el bienestar de sus comunidades.
Gaza enfrenta una crisis humanitaria exacerbada por un plan estadounidense-israelí que utiliza la ayuda para desplazar a la población, lo que se considera una estrategia de limpieza étnica. Christopher Lockyear, secretario general de Médicos Sin Fronteras (MSF), critica la militarización de la asistencia humanitaria, señalando que esta iniciativa ha resultado en caos y violencia durante la distribución de alimentos, dejando a los más vulnerables sin acceso a recursos esenciales. La situación se agrava con restricciones severas impuestas por las autoridades israelíes, que limitan la entrada de ayuda vital y contribuyen a un aumento en el sufrimiento humano. MSF advierte que estas tácticas podrían constituir crímenes contra la humanidad y demanda un alto el fuego duradero y el acceso inmediato a asistencia humanitaria en Gaza.
Gaza enfrenta una crisis humanitaria exacerbada por un plan estadounidense-israelí que utiliza la ayuda para desplazar a la población, según Christopher Lockyear, secretario general de Médicos Sin Fronteras (MSF). Este enfoque ha sido calificado como deshumanizador e ineficaz, ya que durante la distribución de alimentos en Rafah, se reportaron heridos por disparos en medio del caos y la escasez de suministros. Lockyear denuncia que esta estrategia parece parte de una limpieza étnica más amplia y critica las restricciones impuestas al sistema humanitario, que dificultan el acceso a la ayuda vital para los más vulnerables en Gaza.
La ONU ha rechazado el plan de ayuda israelí para Gaza, argumentando que contraviene principios humanitarios fundamentales. Este plan obliga a los civiles a desplazarse a zonas de riesgo para recibir asistencia. La organización enfatiza que no participará en iniciativas que no garanticen humanidad, imparcialidad, independencia y neutralidad, subrayando que la ayuda debe basarse en necesidades y no en condiciones políticas o militares.
Además de la urgencia de una campaña de vacunación contra la polio, la falta de agua potable y la abundancia de aguas residuales enferman a la población asolada por la violencia y las continuas órdenes israelíes de desplazamiento en ese territorio palestino.
Las nuevas hostilidades en Rafah y en el centro de Gaza se producen después de otro ataque el domingo contra una escuela del organismo de la ONU para los palestinos convertida en refugio en el campo de refugiados de Nuseirat. Al menos 17 personas murieron en el ataque a la escuela, según las autoridades locales.
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