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Joven argentina se casa con el asesino de su hermana gemela

miércoles 22 de octubre de 2014, 12:32h

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Joven argentina se casa con el asesino de su hermana gemela

El día de los enamorados es una de las fechas más románticas del año, en la que los amantes más apasionados suelen pasarla juntos y con la mayor felicidad.

Así es como Edith ha decidido pasar este San Valentín, con la mayor felicidad del mundo cuando pudo contraer matrimonio con el hombre al que ama, Víctor, el presunto asesino de su hermana gemela Johana Casas. La joven modelo fue hallada muerta en la localidad de Pico Truncado en el año 2010 con claros signos de violencia de género, lo que hizo sospechar a la policía que ex su pareja, por aquel entonces, Cingolani, había sido el autor de su muerte.

Pero desde ese primer instante Edith no creyó en esa versión, sabía que Víctor no había sido el responsable de la muerte de Johana y así lo defendió, a capa y espada. Conocía a Víctor por su hermana, pero nunca había llegado a imaginar que un día se enamoraría locamente de él, hasta el punto de querer contraer matrimonio.

Pero todo amor tiene sus trabas y la primera que se le impuso a esta pareja fue la cárcel, a la que tiene que enfrentarse Víctor durante 13 años por un crimen que, defiende, no cometió. Tanto él como ella mantienen la inocencia del joven, argumentando que quien vivía con ella y pudo ser también el asesino fue su pareja Marcos Díaz.

La familia de la joven tampoco acepta la relación, desde que supieron del asesinato. Así, la madre de las gemelas, Marcelina Orellana se lo hizo saber a su hija cuando presentó un recurso en el Registro Civil en el que argumentaba su desacuerdo con el matrimonio, por lo que la joven argentina tuvo que retrasar su boda a expensas de que un juez tomara la decisión de aprobar “esta locura”. Incluso su padre, quien al principio no parecía oponerse, trató de persuadir a su hija para que denunciara a Víctor por un intento de violación inventado y así pudrirse en la cárcel, pero Edith no hizo caso de ninguna de las partes y siguió luchando por su matrimonio.

Por su parte, el juez que llevaba el caso era el último que tenía la palabra de dejar a la pareja contraer matrimonio, y llevado por las circunstancias y analizando bien el caso, ha dado el visto bueno para una ceremonia aparentemente tranquila e íntima. Pero como era de esperar, la noticia no estuvo exenta de polémica y Cingolani se llevó la peor parte del pastel, siendo agredido a las puertas del Registro Civil por un grupo de personas enfurecidas que le lanzaron piedras, y por ello, tuvo que ser escoltado por la policía.

Tras la ceremonia, Cingolani fue trasladado a prisión donde tiene que cumplir los 13 años de cárcel por los que fue condenado. “Quiero que se sepa la verdad y que la gente deje de llamarme asesino, porque no lo soy…, no había pruebas contra nadie y tenía que haber un preso, por eso apuntaron hacía mi”, así se defendía Víctor ante un medio de comunicación argentino, argumentando su inocencia.

Mientras, su joven esposa se refugia en casa de su cuñada, donde vive por y para sacar a su marido del infierno en el que le metieron siendo inocente y exento de culpas tras la muerte de su hermana gemela.

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