La devastación en Gaza es alarmante, con Israel arrasando el 92% de las viviendas y afectando casi todos los hospitales del enclave palestino. La destrucción sistemática ha dejado al menos el 70% de las infraestructuras dañadas o destruidas, incluyendo escuelas y centros de atención médica. Según informes, más de 60,800 personas han perdido la vida desde el inicio del conflicto, mientras que miles sufren por inanición y desnutrición. La situación humanitaria se agrava con la continua ofensiva israelí, que impone un sufrimiento extremo a la población civil.
En Gaza, las fuerzas israelíes han matado a 105 palestinos en solo dos días mientras buscaban comida, según informes de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. Los incidentes ocurrieron en las zonas de Zikim y Morag, elevando el total de muertes a 1373 desde mayo. La ONU denuncia que estas acciones constituyen crímenes de guerra y exige una investigación independiente. La situación humanitaria se agrava con un aumento de muertes por desnutrición y la insuficiencia de ayuda humanitaria, a pesar de los anuncios de cese temporal de operaciones militares.
Una nueva masacre en Gaza ha dejado al menos 86 palestinos muertos mientras intentaban acceder a ayuda humanitaria en el paso de Zikim. El Ejército israelí abrió fuego con tanques y francotiradores contra la multitud que se congregaba para recibir asistencia, a pesar de haber anunciado "pausas tácticas" para facilitar la entrega de alimentos. Este incidente se suma a un total de 1.239 muertes desde el inicio de la distribución humanitaria en mayo, reflejando una grave crisis alimentaria en la región. Los testimonios de los palestinos destacan el riesgo que enfrentan diariamente al buscar comida, describiendo la situación como extremadamente peligrosa.
La ONU acelera la entrega de ayuda humanitaria en Gaza tras el anuncio de pausas tácticas por parte de Israel. Estas pausas, que se implementarán diariamente, buscan facilitar la entrada de asistencia a la población afectada por el conflicto. El jefe humanitario de la ONU destacó que un alto el fuego es esencial para garantizar que toda la ayuda llegue a los civiles necesitados. A pesar del avance en las condiciones de acceso, se requiere una acción sostenida y rápida para evitar una crisis humanitaria aún mayor, ya que más de 59,000 personas han muerto desde el inicio del conflicto. La situación es crítica, con un aumento alarmante de desnutrición entre los niños y un llamado urgente a la comunidad internacional para actuar.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido una grave alerta sobre una "hambruna masiva" en Gaza, atribuyendo la crisis al bloqueo israelí que impide el acceso a alimentos y ayuda humanitaria. Según el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, más del 10% de la población sufre desnutrición aguda, y más del 20% de las mujeres embarazadas y lactantes están desnutridas. La situación se ha deteriorado con un aumento en las muertes por desnutrición, especialmente entre niños menores de cinco años. La OMS exige un alto el fuego y un acceso humanitario sin restricciones para aliviar la crisis.
Tropas israelíes han abierto fuego en Gaza, resultando en la muerte de al menos 81 gazatíes y dejando a 150 heridos. Este ataque ocurrió mientras las víctimas esperaban la llegada de camiones con ayuda humanitaria, específicamente harina, en el norte de Gaza. Además, se reportaron seis muertes adicionales en Rafah cerca de un punto de distribución. La situación sigue siendo crítica en la región.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, condena los recientes ataques israelíes y la violencia en Siria, especialmente en Sweida, donde enfrentamientos entre milicias beduinas y drusas han dejado al menos 250 muertos. Guterres exige el cese de las violaciones a la soberanía siria y un inmediato restablecimiento de la calma para facilitar el acceso humanitario. La situación se ha agravado con bombardeos en Damasco y una crisis humanitaria en la región, donde los servicios médicos están desbordados y las operaciones de ayuda han sido suspendidas. La ONU insta a proteger los derechos humanos y a investigar los abusos recientes.
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Un ataque del Ejército israelí en Gaza ha resultado en la muerte de un trabajador de emergencia y heridas a otros tres. La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos ha expresado su indignación, advirtiendo que estos asesinatos deliberados podrían constituir crímenes de guerra. Hasta ahora, 49 miembros de la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina han perdido la vida en el conflicto. La Organización Mundial de la Salud también condenó el ataque y exigió el cese de hostilidades contra trabajadores humanitarios. Además, se denunciaron las restricciones impuestas por Israel a los funcionarios de la ONU y medios internacionales en Gaza.
Un mirador en Sderot, Israel, se ha convertido en un atractivo turístico para presenciar los bombardeos en Gaza, donde grupos de personas observan con entusiasmo la caída de misiles sobre el enclave palestino. Varias agencias de viajes organizan estas actividades que han transformado el sufrimiento humano en un espectáculo. Los visitantes celebran cada impacto como si fuera un evento deportivo, mientras que colonos israelíes de ultraderecha piden intensificar la ofensiva. Este fenómeno refleja una desensibilización ante la violencia y el conflicto, donde el genocidio es visto por algunos como una forma de autodefensa y una oportunidad para establecer asentamientos.
Guterres condena el uso del hambre como arma de guerra en Gaza, advirtiendo que la situación se agrava y que la reciente ampliación de ayuda humanitaria por parte de Israel es insuficiente. Más de 100 personas han muerto por inanición, y la ONU solicita el ingreso urgente de miles de camiones con alimentos y medicinas bloqueados. La desnutrición infantil ha aumentado drásticamente desde el inicio del bloqueo. Mientras tanto, Francia y Arabia Saudita inician una nueva iniciativa diplomática para promover una solución de dos Estados entre Israel y Palestina.
Gaza enfrenta una grave crisis humanitaria, con Israel anunciando la evaluación de cientos de trabajadores de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) y la denegación de visas a aquellos con supuestas afiliaciones a Hamas. Durante una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, el subsecretario general para Medio Oriente, Khaled Khiari, destacó el alarmante aumento en las muertes palestinas y el deterioro de la situación en Gaza, donde miles enfrentan hambre y sed. La comunidad internacional exige investigaciones sobre los ataques israelíes, mientras que el embajador palestino denuncia un genocidio planificado. La situación se complica aún más con la negativa de Israel a renovar visados para personal humanitario, lo que limita drásticamente la ayuda necesaria en la región.
Un estudio realizado por Médicos Sin Fronteras (MSF) en Gaza revela que casi la mitad de las personas asesinadas desde el inicio del conflicto son niños y niñas. La investigación, que abarcó a más de 2,500 trabajadores y sus familias, indica que tres de cada cuatro muertes se deben a heridas de guerra, principalmente por explosiones. La mortalidad infantil ha aumentado drásticamente, con un incremento del 1,000% entre los menores de cinco años. MSF denuncia el desprecio por la vida infantil en este conflicto y hace un llamado urgente para que se levante el asedio israelí y se facilite la evacuación médica necesaria.
Un bombardeo israelí ha devastado la Iglesia de la Sagrada Familia, la única iglesia católica en Gaza, causando al menos dos muertes y varios heridos, incluido el párroco argentino Gabriel Romanelli, amigo del papa Francisco. Este ataque ha sido denunciado por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien calificó los ataques a civiles como inaceptables. La iglesia ha servido como refugio para muchos gazatíes desplazados debido a la ofensiva israelí, que ha destruido más de 815 mezquitas en la región.
Gaza enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes, donde los cadáveres se amontonan en las calles debido a la falta de espacio en los cementerios, muchos de los cuales han sido destruidos por los bombardeos israelíes. Las familias se ven obligadas a improvisar entierros mientras lidian con evacuaciones forzadas y el bloqueo a equipos de rescate. La situación es especialmente trágica para los niños, que representan una parte significativa de las víctimas. Las organizaciones denuncian que Israel bloquea el acceso de ambulancias y rescatistas, lo que agrava el sufrimiento de la población. A medida que continúan las negociaciones para un alto el fuego, la guerra sigue dejando un saldo devastador en Gaza, donde ya no hay lugar para enterrar a los muertos.
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