Tal y como ha dado a conocer la Audiencia, se aprecia prevalimiento y continuidad delictiva, y agrava la condena por ser el padrastro de las víctimas. Además de la pena de cárcel, el Tribunal le impone una orden de alejamiento por nueve años y medio respecto a una de las víctimas y de 11 años respecto a la otra, con prohibición de comunicarse con ellas; también le obliga a indemnizarlas con 12.000 euros.
La investigación de la causa se inició por la denuncia de una de las menores en febrero de 2018, años después de producirse los abusos. La menor, acompañada de su madre, relató que los hechos habían sucedido en Mahón (Menorca) cuando ella y su hermana convivían con el hombre, que era en aquel momento la pareja sentimental de su madre. Posteriormente, la otra menor también denunció que había sufrido abusos sexuales por parte del condenado.
En la resolución, la Sala considera probados los episodios que narraron las dos víctimas durante sus declaraciones en el juicio oral. Señala que en el momento de los abusos no contaron lo ocurrido por miedo a no ser creídas, y que lo mantuvieron en secreto.
Los peritos que intervinieron en la vista oral se manifestaron "absolutamente a favor" de la credibilidad de las menores. "No vieron en ellas motivos de fabulación y consideraron que su relato histórico era congruente", recalcan los magistrados. Además, los psicólogos diagnosticaron secuelas a una de las menores por la experiencia vivida, y una afectación psíquica menor en la otra.
Por otro lado, una testigo relató que el acusado le había dicho que estaba enamorado de una de las menores y que mantenía una relación sexual con ella. Pese a esto, la sentencia no es firme, y contra ella cabe recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJIB).
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