El presunto parricida estaba actualmente en tratamiento por desequilibrios mentales, que podrían haberse agravado por la situación de confinamiento. Al parecer, tal y como señalan fuentes de la investigación, no sería la primera vez que había discutido con su madre y su padrastro, y la Guardia Civil había acudido varias veces al domicilio.
Los hechos tuvieron lugar el pasado sábado por la tarde, cuando el propio hijo de la víctima, de 29 años y de nacionalidad española, fue el que llamó avisando de lo ocurrido: sobre las 19 horas agentes del Puesto de la Guardia Civil de Manzanares hallaron el cuerpo de la madre, de 60 años y también nacionalidad española, sin signos vitales y cubierto de sangre.
Los sanitarios del SUMMA 112 al llegar, comprobaron que no había posibilidad de reanimar a la mujer. Había fallecido con al menos cinco heridas de arma blanca, confirmó ese mismo día un portavoz de Emergencias de la Comunidad de Madrid. Tras confirmar el fallecimiento, dejaron el cuerpo y la escena del crimen a los investigadores del Grupo de Homicidios de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, que también cuentan con el arma homicida.
El presunto parricida, que lleva dos noches durmiendo en los calabozos de Tres Cantos, pasará este martes a disposición judicial.
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