La violencia sexual contra niños y adolescentes en la República Democrática del Congo ha alcanzado niveles alarmantes, con más de 35.000 casos reportados en los primeros nueve meses de 2025, según un informe de UNICEF. Esta cifra representa un aumento significativo respecto a años anteriores y refleja solo una parte del problema debido al miedo al estigma y las represalias que enfrentan las víctimas. Las provincias más afectadas son Kivu del Norte, Kivu del Sur e Ituri, donde el conflicto armado y la pobreza aumentan la vulnerabilidad de los menores. UNICEF destaca la necesidad urgente de fortalecer los servicios de protección infantil y garantizar que los perpetradores sean llevados ante la justicia.
La violencia sexual contra niños y adolescentes en la República Democrática del Congo (RDC) ha alcanzado niveles alarmantes, según un informe del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF). Este documento revela que el fenómeno es “endémico, sistémico y está empeorando” en diversas regiones del país, tanto en áreas de conflicto como en comunidades urbanas y rurales.
En los primeros nueve meses de 2025, se registraron más de 35.000 casos de violación y agresión sexual contra menores. Esta cifra se suma a los casi 45.000 casos reportados en 2024, lo que representa cerca del 40% de todos los incidentes de violencia sexual documentados en la RDC, un aumento notable respecto a 2022.
UNICEF advierte que estas estadísticas reflejan solo una parte del problema real. El temor a represalias, el estigma social y la falta de acceso a servicios básicos impiden que muchos sobrevivientes denuncien los abusos o busquen ayuda, lo que sugiere que el número total de víctimas podría ser considerablemente mayor.
Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF, destacó que “la violencia sexual contra los niños se repite de manera constante en todas las provincias”. Relató casos desgarradores donde madres recorren largas distancias para llevar a sus hijas a clínicas tras sufrir agresiones. “El miedo al estigma y a las represalias mantiene a muchas familias en silencio”, agregó.
El informe identifica patrones claros según la región. La mayoría de los casos se concentran en las provincias de Kivu del Norte, Kivu del Sur e Ituri, donde el conflicto armado y el desplazamiento forzado aumentan el riesgo para los niños. Sin embargo, también se observan cifras preocupantes en Kinshasa y Kasai, donde factores como la pobreza y la inseguridad alimentaria elevan la vulnerabilidad de las niñas ante la explotación y el matrimonio precoz.
Las adolescentes son el grupo más afectado en todo el país y constituyen una proporción creciente de las víctimas. Aunque los niños también sufren violencia sexual, su representación en los registros oficiales es significativamente menor. Además, los niños con discapacidad enfrentan riesgos adicionales, debido a barreras físicas y sociales que limitan su acceso a atención médica y justicia.
Los datos verificados por la ONU indican que la situación ya era crítica en 2022 y 2023, con un incremento cercano al 30% en los casos durante 2024. Las cifras preliminares para 2025 sugieren que en solo seis meses podrían superarse el 80%% del total documentado el año anterior.
Las consecuencias para las víctimas son devastadoras: enfrentan lesiones físicas graves, embarazos no deseados, un mayor riesgo de VIH y otras infecciones de transmisión sexual, así como daños emocionales profundos como ansiedad, depresión y exclusión social.
UNICEF trabaja junto al gobierno congoleño y organizaciones asociadas para ofrecer atención clínica, apoyo psicosocial y espacios seguros. Entre 2022 y 2024, el número de niños sobrevivientes asistidos aumentó un 143%, superando los 24.200 en 2024. Sin embargo, la inseguridad y los recortes globales en financiamiento han llevado al cierre o reducción de muchos programas. A mediados de 2025, solo el 23% de las intervenciones contra la violencia de género contaban con financiamiento adecuado.
Bajo este contexto crítico, UNICEF ha hecho un llamado urgente a las autoridades locales, partes involucradas en conflictos y a la comunidad internacional para prevenir la violencia sexual. Se enfatiza la necesidad de reforzar servicios especializados, garantizar rendición de cuentas e incrementar sostenidamente las inversiones en protección infantil. “Los perpetradores deben rendir cuentas, mientras que los niños requieren protección y apoyo inmediato”, concluyó Russell.
| Año | Cifra | Descripción |
|---|---|---|
| 2025 | 35,000+ | Casos de violación y agresión sexual registrados contra menores (primeros nueve meses) |
| 2024 | 45,000 | Total de casos reportados |
| 2024 | 30% | Aumento en los casos reportados comparado con años anteriores |
| 2022-2024 | 143% | Aumento en el número de niños sobrevivientes asistidos |
La violencia sexual contra niños y adolescentes es endémica y sistémica en la República Democrática del Congo, con un alarmante aumento de casos documentados por UNICEF. En 2025, se registraron más de 35.000 casos de violación y agresión sexual contra menores en solo los primeros nueve meses.
Las cifras reflejan solo una parte del problema real debido al temor a represalias, el estigma social, la inseguridad y la falta de acceso a servicios básicos, lo que impide que muchos sobrevivientes denuncien los abusos o busquen ayuda.
Las adolescentes son el grupo más afectado, aunque los niños también sufren violencia sexual, permaneciendo subrepresentados en los registros oficiales. Los niños con discapacidad enfrentan riesgos adicionales debido a barreras físicas y sociales.
Las consecuencias incluyen lesiones físicas graves, embarazos no deseados, mayor riesgo de VIH y otras infecciones de transmisión sexual, así como daños emocionales profundos como ansiedad, depresión y exclusión social.
UNICEF brinda atención clínica, apoyo psicosocial y espacios seguros para los niños sobrevivientes. Sin embargo, la inseguridad y recortes de financiamiento han obligado al cierre o reducción de muchos programas destinados a combatir la violencia de género.
UNICEF insta a las autoridades y a la comunidad internacional a prevenir la violencia sexual, reforzar los servicios especializados y aumentar sostenidamente la inversión en protección infantil.