La situación en Haití se ha deteriorado gravemente, con más de 1,3 millones de personas desplazadas y la mitad de la población sufriendo hambre. Las pandillas armadas han aumentado su control, mientras que grupos de autodefensa operan como entidades similares a las propias pandillas. Según William O’Neill, experto de la ONU en derechos humanos, el país se asemeja al "Lejano Oeste", donde la desesperación y la impunidad son moneda corriente. A pesar del caos, O’Neill mantiene la esperanza de que un compromiso internacional podría cambiar el rumbo de Haití. La violencia y la falta de opciones han llevado a muchos jóvenes a unirse a estas organizaciones criminales en busca de supervivencia.
La situación en Haití se torna cada vez más crítica, con pandillas armadas que amplían su control y grupos de autodefensa que se transforman en entidades similares a las propias pandillas. Según William O’Neill, experto en derechos humanos de la ONU, el país caribeño se asemeja a un escenario del «Lejano Oeste». La desesperación se ha convertido en una constante, con más de 1,3 millones de haitianos desplazados y la mitad de la población sufriendo hambre. Esta desesperación no es solo un concepto abstracto; es una realidad palpable que enfrenta la nación.
A pesar de la grave crisis, O’Neill mantiene la esperanza de que si la comunidad internacional se compromete adecuadamente, es posible detener el sufrimiento en Haití.
Noticias ONU: ¿Ha tenido algún contacto con líderes pandilleros o personas involucradas en pandillas? ¿Qué los motiva a unirse?
William O’Neill: No he conocido a ningún líder pandillero, pero sí he hablado con jóvenes que han estado en pandillas y han sido arrestados. Uno de ellos tenía alrededor de 12 años y era un niño de la calle. Su familia lo había abandonado y sobrevivía robando y mendigando. Un día, un miembro de una pandilla le ofreció comida y dinero a cambio de convertirse en vigía.
Este joven aceptó durante varios meses hasta que fue detenido por la policía. Muchos otros entrevistados compartieron historias similares de pobreza extrema y falta total de opciones. En muchos casos, las pandillas parecen ofrecer una alternativa atractiva.
Noticias ONU: El informe más reciente sobre derechos humanos presenta ejemplos desgarradores. ¿Cómo es vivir bajo una violencia tan brutal?
O’Neill: Es un verdadero infierno en la tierra. Cada día recibo testimonios sobre lo horrible que es vivir allí; es como estar bajo el control de una mafia criminal que explota a la población. Nunca he presenciado algo así antes. La violencia ha comprometido gravemente los derechos económicos, sociales y culturales, así como el derecho a la vida y al acceso a necesidades básicas como alimentos, atención médica y educación.
Noticias ONU: Durante sus conversaciones en Puerto Príncipe, ¿qué les dice a quienes atraviesan este «infierno»?
O’Neill: Es frustrante para nosotros como trabajadores humanitarios. A veces tienen solo una bolsa de arroz para ofrecerles. Les explicamos cuán crucial es retratar lo que realmente sucede allí. Parte de nuestro trabajo consiste en informar a los responsables políticos sobre esta realidad.
Aspiramos a que algún día los perpetradores enfrenten justicia, pero no podemos hacer promesas vacías. Combatir la impunidad es uno de los mayores desafíos en Haití; muchas veces los culpables han escapado sin castigo tras cometer asesinatos, lo cual socava las bases del país.
Noticias ONU: Un informe menciona al fiscal público de Miragoâne como responsable del asesinato de más de 80 personas con total impunidad. ¿Esto erosiona la confianza en el gobierno?
O’Neill: Paradójicamente, este fiscal goza de gran popularidad porque se le percibe como alguien que lucha contra las pandillas y «protege» a la gente. He discutido su caso con ministros de justicia durante mis visitas; saben que esto no puede continuar, pero temen enfrentarlo debido a su popularidad.
Esta situación refleja el fracaso institucional: mientras las estructuras sean débiles, Haití seguirá siendo un lugar similar al Lejano Oeste donde el sheriff actúa como juez y verdugo al mismo tiempo.
Noticias ONU: ¿Son populares también los grupos de autodefensa?
O’Neill: Depende del contexto; son muy controvertidos. En ocasiones comienzan actuando como pandillas: extorsionan dinero y muestran una violencia extrema. Si eres un joven sin reconocimiento o identificación, puedes ser asesinado sin compasión.
Noticias ONU: El informe indica que las fuerzas de seguridad están utilizando drones contra las pandillas. ¿Por qué ahora?
O’Neill: La desesperación lleva al gobierno a adoptar estas medidas; los líderes pandilleros están atrincherados en áreas muy protegidas. Sin embargo, este enfoque plantea graves problemas relacionados con los derechos humanos: técnicamente Haití no está en conflicto armado y el uso letal debe ser limitado a situaciones específicas.
Noticias ONU: ¿Hay alguna esperanza para Haití?
O’Neill: Haití no está perdido; hay posibilidades reales si se toman medidas adecuadas. El Consejo de Seguridad ha identificado tres pasos clave: establecer una fuerza multinacional bien equipada, implementar sanciones efectivas y detener el flujo de armas desde Estados Unidos.
Llevar a cabo estas acciones simultáneamente podría debilitar rápidamente a las pandillas, ya que carecen del apoyo popular necesario para sobrevivir. Aunque miro situaciones difíciles en lugares como Sudán o Gaza y tiendo a perder la esperanza, creo firmemente que podemos lograr cambios significativos en Haití si seguimos las directrices ya autorizadas por el Consejo.
Haití enfrenta una crisis severa, con más de 1,3 millones de haitianos desplazados y la mitad del país pasando hambre. La situación se ha deteriorado debido a la expansión de pandillas armadas y grupos de autodefensa que actúan con impunidad.
Expertos han descrito a Haití como un lugar que se asemeja al "Lejano Oeste", donde las pandillas tienen un control significativo y los funcionarios públicos actúan sin rendir cuentas, creando un ambiente de desesperación y violencia.
Las pandillas ofrecen a algunos jóvenes opciones que parecen atractivas, como comida y dinero, en medio de la pobreza extrema y la falta de oportunidades. Sin embargo, esto también lleva a una mayor violencia y criminalidad.
Se han propuesto tres pasos clave por parte del Consejo de Seguridad: establecer una fuerza multinacional totalmente equipada, implementar sanciones y detener el flujo de armas desde Estados Unidos para combatir a las pandillas.
A pesar de la grave situación actual, hay quienes creen que no es una causa perdida. Con acciones contundentes y coordinadas por parte de la comunidad internacional, es posible superar la influencia de las pandillas.