Los incendios en España están causando un grave impacto tanto en el medio ambiente como en la salud pública. La exposición a las partículas de humo generadas por estos incendios puede provocar serias complicaciones respiratorias y circulatorias, aumentando el riesgo de mortalidad hasta un 93% en los días posteriores a la exposición. Los expertos advierten sobre los peligros del humo y las cenizas, que pueden irritar los ojos, la piel y las vías respiratorias, además de liberar gases tóxicos que afectan la calidad del aire. Se recomienda el uso de mascarillas N95 y gafas de protección para minimizar riesgos, especialmente para poblaciones vulnerables.
La ola de incendios que afecta a España está generando una crisis ambiental y de salud pública sin precedentes. Las partículas de humo, visibles en el aire, representan un grave riesgo para la salud humana, afectando desde los ojos hasta los pulmones. En este contexto, las evacuaciones y el uso de mascarillas se han vuelto esenciales.
La inhalación de humo y cenizas puede provocar graves problemas respiratorios. Según la doctora Olga Mediano, jefa de Neumología del Hospital de Guadalajara, estas partículas pueden irritar las mucosas nasales y bronquiales, lo que podría resultar en tos, picazón e incluso dificultad para respirar en casos severos.
Las llamas no solo consumen árboles; también destruyen viviendas y vehículos, liberando gases tóxicos que permanecen en el ambiente durante varios días. Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad de Médicos Generales y de Familia, advierte que el alto contenido en anhídrido carbónico puede provocar intoxicaciones al dificultar el paso del oxígeno a la sangre. Por ello, cuando el viento arrastra humo y cenizas hacia áreas pobladas, la evacuación se convierte en una medida crucial.
Además, la exposición a estas partículas puede causar irritaciones oculares y dérmicas, con posibles consecuencias como conjuntivitis o dermatitis. Los expertos subrayan que estos efectos pueden llegar a ser mortales. Un estudio realizado por ISGlobal indica que la mortalidad aumenta más del 93% en los siete días siguientes a la exposición a altos niveles de partículas provenientes de incendios.
Dada la gravedad de esta situación sanitaria, los especialistas recomiendan usar inmediatamente una mascarilla N95 para filtrar las partículas si se está cerca del fuego. También es aconsejable utilizar gafas protectoras para resguardar los ojos y proteger a personas vulnerables. Estas medidas son fundamentales para reducir el riesgo asociado a la exposición al humo y las llamas.
El humo y las cenizas de un incendio pueden irritar la mucosa desde la nariz hasta los pulmones, causando tos, picor y, en casos graves, falta de aire y sensación de ahogo.
Se recomienda usar una mascarilla N95 que filtre partículas y gafas de protección para los ojos. Además, es importante proteger a las personas vulnerables.
Según un estudio de ISGlobal, la exposición a niveles altos de partículas provenientes de incendios puede aumentar el riesgo de muerte en más del 93% en los siete días posteriores a la exposición.
Las partículas del humo son irritantes directos para los ojos y la piel, pudiendo derivar en conjuntivitis, psoriasis, dermatitis y otros síntomas como dolores de fatiga o somnolencia.