Un grupo de bañistas en la playa de Castell de Ferro, Granada, mostró una actitud bochornosa al intentar detener a nueve migrantes que llegaron en una patera. Al ver a los migrantes intentando alcanzar la costa a nado, varios bañistas comenzaron a perseguirles y a impedir su llegada, poniendo en riesgo sus vidas. Esta situación ha generado preocupación entre colectivos sociales, que destacan el aumento de la xenofobia y el discurso de la extrema derecha en España. La activista Asmae Ourdi critica esta legitimidad del control social ejercida por ciudadanos y señala un cambio en la percepción hacia los migrantes, que antes eran ayudados por quienes estaban en la playa. Los migrantes detenidos fueron trasladados al Centro de Atención Temporal de Extranjeros de Motril.
Persecuciones, placajes y retenciones contra el suelo. Un grupo de bañistas reaccionó de manera alarmante al avistar una patera con nueve migrantes a bordo en la playa de Castell de Ferro, en Granada. Mientras los migrantes intentaban alcanzar la costa a nado, varios individuos se interpusieron en su camino, poniendo en riesgo sus vidas.
Una vez que los migrantes lograron tocar tierra firme, comenzó una persecución frenética. Decenas de personas en la playa se lanzaron tras ellos con el objetivo de detenerles. Esta situación ha generado un gran revuelo en las redes sociales y ha encendido las alarmas entre los colectivos sociales que defienden los derechos humanos.
La activista y socióloga Asmae Ourdi señala que esta conducta refleja “la legitimidad del control social que se está relegando a la ciudadanía blanca, permitiendo que se lleven a cabo estas persecuciones”. Según ella, este fenómeno contribuye a construir una imagen negativa de las personas migrantes.
Este escenario contrasta notablemente con el ambiente que predominaba hace unos años, cuando era común ver a quienes disfrutaban de la playa ayudando a los migrantes a ponerse a salvo. Sin embargo, el incremento de la xenofobia y el auge del discurso extremista han llevado a muchos a intentar obstaculizar la llegada de extranjeros al territorio español.
Ourdi también enfatiza un aspecto crucial: “Si el representante político me dice que lo haga, yo, como ciudadano, lo voy a hacer, y además me siento impune”. Esta declaración pone de manifiesto cómo ciertos discursos pueden incitar comportamientos hostiles hacia los migrantes.
Las nueve personas migrantes involucradas en este incidente han sido trasladadas al Centro de Atención Temporal de Extranjeros de Motril, donde se les brindará asistencia. La situación pone de relieve un cambio significativo en la forma en que se perciben y tratan las llegadas de migrantes en España.
Un grupo de bañistas intentó impedir que un grupo de migrantes, que llegaban en una patera, alcanzara la playa a nado. Esto incluyó persecuciones y placajes, poniendo en peligro las vidas de los migrantes.
Decenas de personas en la playa comenzaron a correr para intentar detener a los migrantes una vez que llegaron a tierra firme, lo que ha generado preocupación entre colectivos sociales.
La activista Asmae Ourdi ha señalado que este comportamiento refleja una legitimidad del control social otorgada a la ciudadanía blanca, creando una imagen negativa de las personas migrantes. También mencionó el impacto del aumento de la xenofobia y el discurso de la extrema derecha en estas actitudes.
Las nueve personas migrantes que fueron detenidas fueron trasladadas al Centro de Atención Temporal de Extranjeros de Motril.