Más de 100.000 personas han sido desplazadas en el norte de Mozambique debido a una reciente ola de violencia en la provincia de Nampula. Muchas familias se encuentran en condiciones extremas y sin asistencia adecuada. Médicos Sin Fronteras (MSF) ha iniciado una intervención de emergencia en el distrito de Eráti para proporcionar atención médica y satisfacer necesidades humanitarias urgentes. La crisis es parte de un conflicto más amplio que afecta a la región desde hace ocho años, con un total aproximado de 300.000 desplazados desde julio. Las condiciones de vida son precarias, y la inseguridad persiste, lo que complica el retorno seguro a sus hogares.
Más de 100.000 personas han sido forzadas a abandonar sus hogares en el norte de Mozambique debido a una reciente ola de ataques en la provincia de Nampula. Este éxodo masivo ha dejado a muchas familias desplazadas sobreviviendo en condiciones extremas, sin acceso a asistencia adecuada y con escasas garantías de seguridad. En respuesta a esta crisis, se ha implementado una intervención de emergencia en el distrito de Eráti, donde se están atendiendo las necesidades médicas y humanitarias más urgentes.
Desde el 4 de diciembre, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) han comenzado a ofrecer atención médica y servicios esenciales en las áreas del distrito más afectadas por el desplazamiento. Esta situación es parte de una crisis humanitaria más amplia que se ha intensificado debido al conflicto que ha asolado Cabo Delgado durante los últimos ocho años, extendiéndose ahora a provincias vecinas como Nampula.
Los datos recientes de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) indican que más de 300.000 personas han sido desplazadas forzosamente en el norte de Mozambique desde julio. Aunque algunas familias han intentado regresar a sus lugares de origen, lo hacen bajo la presión del deseo por recibir ayuda, enfrentándose aún al miedo y la inseguridad.
Las condiciones en los campamentos son alarmantes; muchos optan por permanecer allí debido a la inseguridad persistente y la destrucción de sus viviendas. “Es mejor quedarse aquí y pasar hambre que regresar”, comenta Carita Varine, quien huyó tras varios ataques en su localidad. Este enfoque actual para distribuir ayuda deja a las personas vulnerables sin asistencia necesaria en un momento crítico.
En Alua Velha, Alua Sede y Miliva, MSF está proporcionando consultas médicas, apoyo nutricional y asesoramiento psicosocial. La malaria sigue siendo la principal causa de consultas médicas, con un notable porcentaje positivo entre los pacientes atendidos. Además, muchas mujeres acuden por primera vez a consultas prenatales, lo que refleja un estado preocupante del sistema sanitario previo al aumento del desplazamiento.
La temporada actual de lluvias ha exacerbado las preocupaciones sobre salud pública, con brotes confirmados de cólera en Eráti y Memba. Para hacer frente a estas críticas necesidades, MSF está construyendo letrinas y puntos de agua emergentes para garantizar el acceso al agua potable. Se han rehabilitado pozos y se han instalado grifos adicionales para atender a miles.
A pesar del esfuerzo humanitario, el acceso a alimentos sigue siendo uno de los desafíos más apremiantes para los desplazados. La situación exige una respuesta humanitaria adaptada que sea transparente y centrada en las verdaderas necesidades sobre el terreno.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 100,000 | Personas desplazadas por la violencia en el norte de Mozambique. |
| 300,000 | Total de personas desplazadas forzosamente en el norte de Mozambique desde julio. |
| 860 | Consultas médicas realizadas entre el 4 y el 15 de diciembre. |
| 30% | Porcentaje de casos positivos de malaria entre las personas atendidas. |
Más de 100.000 personas se han visto obligadas a huir de sus hogares en el norte de Mozambique debido a una nueva ola de ataques en la provincia de Nampula.
Las familias desplazadas están sobreviviendo en condiciones extremas y sin garantías de seguridad. Se ha puesto en marcha una intervención de emergencia para atender necesidades médicas y humanitarias urgentes.
El desplazamiento masivo es parte de una crisis humanitaria más amplia causada por un conflicto armado que lleva ocho años, principalmente en Cabo Delgado, y que ha afectado también a provincias vecinas como Nampula.
MSF está brindando atención médica, servicios esenciales, consultas prenatales, apoyo nutricional y asesoramiento psicosocial en las áreas donde se concentran los desplazados.
La temporada de lluvias intensifica las preocupaciones por la salud pública y ya hay un brote de cólera confirmado en algunos distritos. Esto agrava las condiciones de vida y saneamiento para los desplazados.
Las comunidades anfitrionas están bajo creciente presión debido al acceso limitado a alimentos y recursos, lo que resalta la necesidad urgente de asistencia humanitaria adaptada a las necesidades locales.