La Organización Mundial de la Salud (OMS) reafirma que no hay evidencia que relacione las vacunas con el autismo, tras un exhaustivo análisis de 31 estudios realizados entre 2010 y 2025. La OMS insta a los gobiernos a fundamentar sus políticas de vacunación en la ciencia más reciente, destacando que las vacunas son fundamentales para la salud pública y han salvado millones de vidas. El director de la OMS, Tedros Adhanom Gebreysus, enfatiza que "las vacunas causan adultos" y reitera que tanto el timerosal como el aluminio en las vacunas no están asociados con trastornos del espectro autista.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reafirmado que no existe evidencia que relacione las vacunas con los trastornos del espectro autista (TEA), tras llevar a cabo un exhaustivo análisis de la evidencia científica disponible. Esta declaración surge en medio de las recientes sugerencias del gobierno de Estados Unidos para reabrir el debate sobre este tema.
Un grupo de expertos internacionales, parte del Comité Asesor Global sobre Seguridad Vacunal, revisó un total de 31 estudios publicados entre 2010 y 2025 en diversas naciones. Estas investigaciones abarcaron tanto las vacunas que contienen timerosal, un conservante a base de mercurio utilizado de manera segura durante años, como el conjunto general de las vacunas infantiles.
Según la OMS, los datos analizados “confirman de forma contundente la falta de un vínculo causal entre las vacunas y el autismo”, lo que respalda el sólido perfil de seguridad de las inmunizaciones administradas tanto en la infancia como durante el embarazo.
Además, la revisión incluyó una evaluación sobre los adyuvantes de aluminio, utilizados para potenciar la respuesta inmunitaria. Los estudios realizados, incluyendo un análisis reciente basado en los registros nacionales de todos los niños nacidos en Dinamarca entre 1997 y 2018, evidencian que no hay asociación entre el aluminio presente en algunas vacunas y el autismo.
El comité reafirmó oficialmente sus hallazgos anteriores correspondientes a 2002, 2004 y 2012. “Todos llegaron a la misma conclusión: las vacunas no causan autismo; las vacunas causan adultos”, afirmó el director de la OMS, doctor Tedros Adhanom Gebreysus, durante una rueda de prensa.
La organización instó a los gobiernos a bajar sus políticas de inmunización en base a evidencia científica sólida, recordando que la vacunación infantil representa uno de los mayores logros en salud pública contemporánea. En las últimas cinco décadas, las campañas de inmunización han salvado al menos 154 millones de vidas alrededor del mundo.