Cerca de 20,000 sudaneses, principalmente mujeres y niños traumatizados, han huido a Chad en las últimas dos semanas debido a la escalada de combates en Sudán. Chad, que ya alberga a 1.3 millones de refugiados y es uno de los países más pobres del mundo, enfrenta una creciente crisis humanitaria. Durante este periodo, el aeropuerto internacional y una central eléctrica en Port Sudan han sido atacados por drones, intensificando la situación de emergencia.
En un contexto de creciente violencia, cerca de 20.000 personas han cruzado la frontera hacia Chad en las últimas dos semanas. La mayoría de los desplazados son mujeres y niños, quienes llegan traumatizados por los recientes enfrentamientos en su país natal. Este éxodo se suma a la ya abrumadora situación que enfrenta Chad, uno de los países más empobrecidos del mundo, que actualmente alberga a 1,3 millones de refugiados.
La situación se ha deteriorado aún más con el tercer día consecutivo de ataques aéreos en Port Sudan, donde tanto el aeropuerto internacional como una central eléctrica han sido blanco de los bombardeos. Estos ataques no solo agravan la crisis humanitaria sino que también complican los esfuerzos para proporcionar ayuda a los afectados.
A medida que más personas huyen del conflicto, las condiciones en Chad se vuelven cada vez más precarias. Las comunidades locales enfrentan enormes desafíos para atender las necesidades básicas de los recién llegados, quienes requieren urgentemente asistencia humanitaria.
Las organizaciones internacionales están trabajando para abordar esta crisis, pero la magnitud del problema supera sus capacidades actuales. El flujo constante de refugiados pone presión adicional sobre un sistema ya debilitado por años de inestabilidad y escasez de recursos.