Una mujer robó este martes por la madrugada un tren de cercanías a las afueras de Estocolmo y, tras conducirlo varios kilómetros, lo estrelló contra un bloque de viviendas, donde dormían cinco personas de tres familias. Nadie, excepto ella, resultó herido.
El tren fue robado por la mujer del depósito en Nacka, al este de la capital sueca, cuando estaba fuera de servicio, ha confirmado un portavoz de la compañía de transportes Arriva a la emisora pública 'Televisión de Suecia'.
Además, ha aclarado que ella era la única pasajera y ha dado detalles del insólito viaje: la mujer condujo el tren hasta la estación final de Saltsjöbaden, pero no frenó a tiempo y se saltó la barrera para acabar estrellándose metros después contra un edificio.
¿Lo hizo queriendo? ¿Fue su falta de conocimientos lo que la llevó a estamparse? Esa es una incógnita que, de momento, no ha podido despejarse: la protagonista del suceso se encuentra herida, de hecho, los servicios de rescate tardaron dos horas en sacarla de la unidad, ya que quedó atrapada en la cabina.
Posteriormente, fue trasladada consciente en helicóptero al hospital Karolinska, según informó la Policía.
"Es increíble que no se haya producido un accidente más grave, tanto para quienes estaban en la casa como en el tren. Es una suerte increíble que no haya sido peor", declaró al diario 'Aftonbladet' un portavoz policial.
Eso sí, tanto el convoy como el edificio han sufrido daños considerables, según la Policía, que ahora investiga por qué la limpiadora tuvo el impulso irrefrenable, nunca mejor dicho, de dejar el trapo a un lado y tomar los mandos de un tren en un arrebato de temeridad, estupidez y libertad muy difícil de justificar.